Sólo hace falta una cacerola (si es de teflón, mejor), un poco de aceite que cubra la base, maíz pisingallo y azúcar. Tapamos y a esperar que estallen!!
Para mi, los pochoclos son una opción fácil, rica, nutritiva y económica. Siempre tengo en casa maiz pisingallo para usar de snack o como complemento de una merienda.
También se puede usar para un final de fiesta infantil, sustituyendo a la famosa bolsita de golosinas. Cuando Santi cumplió cuatro años, todo fue de dinosaurios. Así que armé unas bolsitas de papel madera con una impresión de dino que él eligió y colaboró en pintar.
Algunas veces los pochoclos también fueron parte de la mesa dulce de algún cumple y tanto chicos como grandes no se pueden resistir!!!
Y como si fuera poco, el año pasado los mezclé con chocolate derretido, los coloqué en pirotines y... Voilá: se transformaron en ricos bomboncitos.
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