Comunión para Catalina.
Esta vez aprovechando que la homenajeada era una nena pude dar rienda suelta a las flores, el color rosa mezclado con amarillo y blanco en diferentes texturas y estampados y detalles sutiles.
Guirnalda con fotos, globos de papel, caja forrada para que la torta tome aún mayor importancia, sobres para golosinas, conos para los pochoclos, caminitos de alpillera, floreros con cintas, alpillera y blondas. Toques vintage, femeninos y aniñados.
La vedette de la deco fue la guirnalda que enmarcaba la mesa dulce. Realizada con tiras de telas con estampas y texturas diversas siempre en tonos amarillo, blanco y rosa.
Y que no falte el bocado dulce. Además de la torta de comunión que hizo la abu de Cata sumamos un tarro de pochoclos, bombones blancos en formas de corazones y palomas, brownies chupetin en forma de corazón, mini cupcakes de banana y chocolate, trufas de chocolate y coco y barquitos con rocklets.
Todos Mis Yo
Decoración, Cocina, Niños, Paseos y Maternidad.
martes, 6 de octubre de 2015
miércoles, 16 de septiembre de 2015
Te miro, me miras.
Nuevos trabajos para un lugar renovado de la casa, listo para comenzar a disfrutar ahora que empiezan a llegar los días más cálidos: la Galería.
Colores que dan vida, que generan energía y que enmarcarán la entrada posterior a la casa.
Basadas en una obra del pintor chaqueño Jorge Monzón, este par vibra de color con su reminiscencia étnica.
jueves, 9 de julio de 2015
Carbonada para dos en el Día de la Independencia.
Primera entrada al blog del año. Conmemorando el 199° Aniversario de la Declaración de la Independencia Argentina, salió en casa carbonada para dos, aprovechando que los peques se quedaron de la abuela.
Se necesita, básicamente un zapallo. De esos vistos en las pelis en la época de Halloween.
Partirlo al medio, rociarlo con aceite de oliva, sal, pimienta y llevar en una placa a horno hasta que estén tiernos ambos trozos.
Mientras tanto, hervir, por un lado trocitos de batata y zanahoria y por otra llevar a ebullición un choclo.
Luego, rehogar media cebolla y un diente de ajo, cortados en cubos.
Añadir carne cortada en cubitos, salpimentar.
Luego, agregar las verduras, tomatitos cherry y un poco de pimentón.
Por último, retirar los zapallos del horno, quitarles las semillas y rellenar.
A comeeeer!!!!!!
Se necesita, básicamente un zapallo. De esos vistos en las pelis en la época de Halloween.
Partirlo al medio, rociarlo con aceite de oliva, sal, pimienta y llevar en una placa a horno hasta que estén tiernos ambos trozos.
Mientras tanto, hervir, por un lado trocitos de batata y zanahoria y por otra llevar a ebullición un choclo.
Luego, rehogar media cebolla y un diente de ajo, cortados en cubos.
Añadir carne cortada en cubitos, salpimentar.
Luego, agregar las verduras, tomatitos cherry y un poco de pimentón.
Por último, retirar los zapallos del horno, quitarles las semillas y rellenar.
A comeeeer!!!!!!
jueves, 3 de julio de 2014
De collage.
Rememorando esos tiempos de escuela donde dánbamos rienda suelta a los papeles, la tijera y la plasticola; casi sin querer incursioné en esta técnica mixta de collage y pintura.
El primer trabajo resultó a partir de crear texturas y colores tanto con los papeles como con los óleos y luego de a poco fue apareciendo esta luna, el cielo y los edificios con calle adoquinada y todo.
Para el siguiente intento, busqué una foto y armé las figuras y el fondo directamente con papeles, terminando los detalles y delineando las formas con pintura.
El último trabajo fue una versión del cuadro del gran pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamin, un mix también de recortes de revistas y óleo jugando con los contrastes de valores que él propone.
El primer trabajo resultó a partir de crear texturas y colores tanto con los papeles como con los óleos y luego de a poco fue apareciendo esta luna, el cielo y los edificios con calle adoquinada y todo.
Para el siguiente intento, busqué una foto y armé las figuras y el fondo directamente con papeles, terminando los detalles y delineando las formas con pintura.
El último trabajo fue una versión del cuadro del gran pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamin, un mix también de recortes de revistas y óleo jugando con los contrastes de valores que él propone.
jueves, 26 de junio de 2014
Un 24 junio, nacía Ernesto Sábato.
La fecha es el 24 de Junio, pero en esta oportunidad la efeméride vino con retraso. Sin embargo, no quería por eso dejar de compartir que ese día se celebra el nacimiento de Ernesto Sábato, gran escritor, ensayista, físico y pintor argentino.
Sábato siempre fue el escritor que más cercano sentí, no sólo como lectora sino porque nací a pocas cuadras de su casa de Santos Lugares y así su cercanía física también lo fue desde lo literario y lo ideológico. En más de una oportunidad pasé siendo adolescente por la puerta de su casa con la ilusión de encontrarlo caminando en su jardín y, aunque sea tras la reja de la entrada, poder saludarlo.
De todas formas, fue un sueño que cumplí allá por Junio de 1999, pocos días después de su cumpleaños número 88. En esa oportunidad pude asistir junto a Darío (fiel acompañante en todo!) a una charla debate en la Boutique del Libro, en San Isidro, con motivo de la entonces reciente publicación de su libro autobiográfico "Antes del Fín". No sólo lo vi y lo escuche en vivo y en directo, sino que lo pude saludar y llevarme su dedicatoria en mi libro, que es uno de los tesoros de mi biblioteca.
Era una tarde era fría, sin embargo una muchedumbre se reunió en la librería dos horas antes del horario acordado para poder conseguir un lugar. Algunos ubicados en sillas, otros parados, los más osados sentados simplemente en el suelo y los que llegaron tarde tuvieron que conformarse con apoyar su nariz contra la vidriera y escuchar la charla desde afuera. Pero todo valía con tal de verlo y escucharlo.
En su casa, el día que cumplía 85 años. www.lanacion.com.ar |
Sábato siempre fue el escritor que más cercano sentí, no sólo como lectora sino porque nací a pocas cuadras de su casa de Santos Lugares y así su cercanía física también lo fue desde lo literario y lo ideológico. En más de una oportunidad pasé siendo adolescente por la puerta de su casa con la ilusión de encontrarlo caminando en su jardín y, aunque sea tras la reja de la entrada, poder saludarlo.
De todas formas, fue un sueño que cumplí allá por Junio de 1999, pocos días después de su cumpleaños número 88. En esa oportunidad pude asistir junto a Darío (fiel acompañante en todo!) a una charla debate en la Boutique del Libro, en San Isidro, con motivo de la entonces reciente publicación de su libro autobiográfico "Antes del Fín". No sólo lo vi y lo escuche en vivo y en directo, sino que lo pude saludar y llevarme su dedicatoria en mi libro, que es uno de los tesoros de mi biblioteca.
voraxlectora.blogspot.com |
Era una tarde era fría, sin embargo una muchedumbre se reunió en la librería dos horas antes del horario acordado para poder conseguir un lugar. Algunos ubicados en sillas, otros parados, los más osados sentados simplemente en el suelo y los que llegaron tarde tuvieron que conformarse con apoyar su nariz contra la vidriera y escuchar la charla desde afuera. Pero todo valía con tal de verlo y escucharlo.
Ernesto Sábato llegó a la librería escoltado por Elvira, su
eterna ayudante que estuvo a su lado más de 25 años. Con pasos cortos y una sonrisa en la boca, en
medio de aplausos y afectuosos saludos, se ubicó en el centro del salón para
dar inicio al debate.
Si bien en esa oportunidad sugirió que ese libro sería el último, al año siguiente, en el 2000, publicó "La Resistencia" y en el 2004 "España en los diarios de mi vejez".
Un 30 de Abril del 2011 fallece a los 99 años en su casa de Santos Lugares, faltando pocos días para cumplir 100 años.
A continuación, rescaté varios pasajes de su charla, que desde distintos momentos y facetas de su vida lo muestran tal cual era.
Si bien en esa oportunidad sugirió que ese libro sería el último, al año siguiente, en el 2000, publicó "La Resistencia" y en el 2004 "España en los diarios de mi vejez".
Un 30 de Abril del 2011 fallece a los 99 años en su casa de Santos Lugares, faltando pocos días para cumplir 100 años.
A continuación, rescaté varios pasajes de su charla, que desde distintos momentos y facetas de su vida lo muestran tal cual era.
Su libro, “Antes del fin”.
“El libro último es el definitivo porque
después me muero. Antes del fin quería dejar un testimonio. Es una especie de
despedida. Tengo 88 años. Es cierto que he tenido ancestros que han llegado
hasta los 110 años. Recién ahora empiezo a ver ciertas cosas, a darme cuenta de
tonterías que uno ha hecho (...). Pero me siento muy bien”.
Su relación con la juventud.
“Yo quiero mucho a la juventud. Me llevo muy bien con los
muchachos y muchachas (...) que en esta época terrible del mundo entero, están
deseando saber a dónde se va a ir a parar. En este mundo tecnoláctrico y
técnico, lo único que interesa son los números y el producto bruto nacional,
algo bien llamado. Contra lo que muchos creen de los muchachos y muchachas, que
están en la pavada, no es así. Yo tengo correspondencia con enorme cantidad de
jóvenes, o en la calle o hablando en cualquier parte. No digo que sea la
mayoría, pero la historia la hacen las grandes minorías, esos son los que hacen
la historia (...). Me siento apoyado por ellos y los quiero. Me escriben muchas
cartas y les respondo a los que puedo. Incluso hay algunas cartas muy
desesperadas, como de suicidio. Pero también, el hecho de escribirle a uno
indica que ellos, de alguna manera, quieren ver una salida y entonces hay que
responder en serio. Tampoco hay que decirles cosas que no son ciertas o
totalmente verdaderas (...). El suicidio es una especie de menosprecio de la
vida. Hay que luchar por otras cosas que son importantísimas como la vida, el
amor, la soledad (...)”.
Actitud “anarco-cristiana”.
“La anarquía en una época,
cuando yo era muchacho, eran esos que ponían bombas. Pero esos eran una
minoría. La base del anarquismo no ha sido el resentimiento social. Los grandes
movimientos sociales que transformaron el mundo fueron hechos por una elite de
cuatro o cinco personas, los demás los siguen. Y generalmente esas luchas,
procesos de transformación social lo han hecho siempre personas que no son ni
pobres ni estaban resentidos socialmente. Incluso los que no son príncipes, son
burgueses, como es el caso de Carlos Marx. Ellos lucharon por la justicia
social. Uno de ellos fue Cristo, que no era un debilucho, era un tipo que se
metía a pelear. Basta leer con cuidado las cosas que todos conocemos de Cristo
como hombre”.
Doctorado en Ciencias Físico-Matemáticas”.
“Hice el doctorado en Ciencias
Físico-Matemáticas. Me dieron una beca, que se da una por año, y fui a trabajar
a los Laboratorios Curie. Yo iba a trabajar a la mañana, iba un poco dormido
porque de noche me iba con amigos a cafés. Tenía una doble vida. Había conocido a
una chica, que me había presentado un amigo, que estaba trabajando en los
Laboratorios Curie y le daba los trabajos que tenía que hacer. Era muy buena persona, muy inteligente y me
retaba. Yo iba cansado, dormido, estaba hasta la una de la madrugada, pero no
podía hacer nada, si a mi no me interesaba. Cuando abandoné la ciencia me
consideraron un traidor".
Sueños y pesadillas.
“Estudié ciencia porque tenía un caos tan fenomenal, un caos
psicológico. Sufrí mucho de pesadillas terribles. Me levantaba de noche, era
sonámbulo, e iba a buscar a mi madre y le pedía agua. Vivía en un caos absoluto
y eso se ve en todo lo que he escrito luego en mis novelas. Es caótico, es
duro, misterioso, ¿qué tenía que ver eso con la matemática pura? Nada que ver.
La matemática pura tiene una belleza, una armonía, una razón. Pero con eso no
se resuelven grandes problemas, sirve para demostrar un teorema. [Los libros
que he escrito] ayudan mucho, son una descarga. Son cosas que tienen que ver
con el inconsciente, con el misterio, con los sueños. Ahí están las grandes
verdades existenciales(...). Una vez que
hice el Doctorado, que cumplí con todos los deberes; después dije ‘yo he cumplido con esto, bueno
ahora déjenme tranquilo’. Yo había escrito muchas cosas, tenía elementos de
varias ficciones en marcha".
La tecnolatría.
“La tecnolatría es el endiosamiento de la ciencia, que con
eso se cree que se van a resolver los grandes problemas de la humanidad. La
técnica se está imponiendo sobre otros valores. La belleza, lo importante, lo
esencial, lo que hace a la vida, a la muerte, a la soledad; esas son cosas
fundamentales. Leí en el diario una página entera sobre un argentino que había
llegado, que estuvo no se cuantos años en Estados Unidos y vino como un dios a
resolver todos los problemas humanos, ¿qué problemas humanos va a resolver uno
con esa clase de conocimientos y de idolatría?
Se salva de otra manera, con amor, cariño, intuición".
Su experiencia en Albania.
“Mi madre era albanesa. Es una nación muy rara que ha
mantenido su raza, su lengua a muerte, que no ha cedido. Una de las cosas que a
mí siempre me conmovió es que los turcos, que dominaron Europa por siete
siglos, nunca pudieron con los albaneses. Es una raza sin mezcla, ellos
mantuvieron su identidad. Cuando llegamos a Albania nos recibieron con un gran
afecto y nos fueron trayendo cosas: flores, frutos, distintos tipos de tejidos
regionales. Tuve dos regalos que fueron tremendamente fuertes, uno era la
tierra del país de mi madre, que me emocionó mucho. Y después vino un señor con
un cuaderno con una letra muy chiquita. En Albania hubo cárceles subterráneas,
cárceles de oscuridad y este señor había estado doce años en una de estas
cárceles. Me mostró ese cuaderno con letra muy chiquita, seguramente tendría
una vela y me quedé conmovido, impresionadísimo. Tenía un texto de Camius y
un texto mío de “Remotos Muchachos”, con los cuales había sobrevivido los doce
años de cárcel. Tenía a los textos como un tesoro (...) y tal vez fueron esos
dos textos los que lo salvaron de esos años en la oscuridad. También me vino a
ver a la capital un argentino que era del grupo de Teresa de Calcuta que se
había ido al norte de Albania a ayudar en un leprosario”.
Iniciación literaria.
“Entré [al mundo de la literatura] por el teatro. Mi hermano
Pepe era muy fanático del teatro y en casa había una colección llamada
‘Bambalinas’ que era del teatro de todo el mundo, salvo de Argentina que, dicho
sea de paso, tuvo grandes valores teatrales, consecuencia de la cruza de tres
razas teatrales: los italianos, españoles y judíos. Yo leía esa colección a los
diez años. Siempre me apasionó el teatro, incluso mis libros de ficción son
teatrales y se pusieron varias veces en teatro. El teatro me apasionó siempre,
se levantaba el telón y comenzaba la magia. Después vino una moda que fue hacer
teatro abierto. Me acuerdo que estaba viendo una obra de teatro, entonces me
agarró uno de los pies, y era teatro abierto porque participaban los
espectadores, otra que espectadores, le di un tacazo al tipo y le dije: ‘oiga,
¿qué está haciendo usted ahí abajo?’. Salió el tipo aullando. El teatro es
cerrado, otra que abierto”.
La pasión por la pintura.
“Desde chico tuve pasión por la escritura y la pintura.
Cuando quedé mal de la vista y me prohibieron la escritura y la lectura, me
dediqué más a la pintura. Generalmente leo los títulos de los diarios y eso me
basta para amargarme el día. Tengo una pequeña teoría sobre la pintura: el
pintor vive mucho más que, por ejemplo, los escritores; porque la pintura es
sana, no tiene nada de intelecto. Si la pintura es intelectual, como lo ha
habido, es una basura. Yo me levanto muy temprano, me hago un té y me pongo a
pintar. Voy pintando lo que me sale. Uno empieza borroneando algo y después
empieza a percibir, por lo menos eso es lo que yo hago. La pintura y la
literatura son perfectamente compatibles, hay cosas que no se pueden hacer con
palabras sino con pinturas y otras cosas al revés. A mí no me interesa lo
intelectual en la pintura ni en la literatura, salvo que sea una cosa intelectual,
como un ensayo. Pero una novela está hecha de locuras, barbaridades, horrores,
humor negro. Lo que te da rabia, lo que te conmueve, lo que te sacude, eso es
lo que hay que escribir. Con eso se descarga uno, por eso estoy vivo”.
miércoles, 4 de junio de 2014
Té de limón y jengibre, para tardes otoñales.
Tarde fría, nublada y con dolor de garganta. Razón por la cual preparé este té de limón y jengibre que alivia molestias de la garganta, de los resfríos y los estados gripales.
Últimamente me hice fana del jengibre y lo uso mucho para cocinar, así que tengo siempre un trozo de este rizoma (tallo subterráneo) en mi frutera.
Pasé por el limonero de casa (regalo y herencia de la abuela Emma, abuela paterna de mi marido) que está que explota de limones y ya está la lista de materiales. Sólo resta sumar miel (orgánica mejor), azúcar integral o stevia para endulzar.
Calentar en un jarrito dos tazas de agua con dos rodajas de limón y tres rodajitas de jengibre (o una cucharita de jengibre en polvo). Llevar a hervor y luego hervir por 5 minutos. Tapar y dejar reposar alrededor de 10 minutos, servir en una taza y endulzar.
Listo. Si se acompaña de algo rico para alegrar el paladar y el estómago, mejor aún.
Últimamente me hice fana del jengibre y lo uso mucho para cocinar, así que tengo siempre un trozo de este rizoma (tallo subterráneo) en mi frutera.
Calentar en un jarrito dos tazas de agua con dos rodajas de limón y tres rodajitas de jengibre (o una cucharita de jengibre en polvo). Llevar a hervor y luego hervir por 5 minutos. Tapar y dejar reposar alrededor de 10 minutos, servir en una taza y endulzar.
Listo. Si se acompaña de algo rico para alegrar el paladar y el estómago, mejor aún.
viernes, 30 de mayo de 2014
Star Wars para los 8 de Santino
Soy fana de las mesas dulces para los cumples infantiles y aprovecho la oportunidad que me da la vida de realizarlas dos veces por año, en los cumpleaños de mis hijos.
En esta oportunidad comparto la propuesta que realicé para el festejo número 8 de mi hijo mayor, Santino.
La temática elegida fue la de Star Wars y en dos días, saliendo de una infección urinaria, puse manos a la obra y con poco presupuesto pero algunas ideas surgió una mesa dulce con algo más que una torta de cumpleaños.
Básicamente me manejo siempre de la misma forma: luego de elegir el tema del cumple, se deciden los colores, la torta y los bocados dulces que acompañarán.
En esta fiesta los colores fueron el negro, plateado, blanco y algo de celeste y verde. Siempre una mesa y un fondo.
La mesa fue cubierta con un mantel negro al igual que el fondo de la misma, el cual además contó con estrellas y redondeles en cartulina plateada y ¨planetas¨ realizados con bolas de papel de diario cubiertas con papel aluminio.
Se agregaron como decoración de la mesa muñecos y espadas de Star Wars.
La mesa dulce estaba conformada por dos grandes frascos de vidrio, uno con caramelos y el otro con pochoclos.
También se sumaron dos pies de torta que contenían mini rogelitos (fáciles: tapitas de copetín horneadas y rellenas con dulce de leche repostero, por arriba merengue, que puede ser el comprado en los cotillones que sólo se le agrega agua y se bate, queda bárbaro!!)
Completan el menú brochettes de frutas, torta de ricota, galletitas celestes en forma de estrellas, gelatinas de colores en frasquitos (que hace un tiempo descubrí que son un furor entre los niños) y pop cakes de vainilla y dulce de leche cubiertos en chocolate.
Torta mousse de chocolate como para no ser menos, coronada por frascos de aluminio, los de conservas, que sirven como contenedores de chupetines que fueron ¨vestidos¨ con papel aluminio simulando mini planetas.
No es necesario contar con un gran presupuesto, sólo la intención de buscar ideas, ponerle voluntad y con lo que hay en casa, poco más, poco menos, hacer una linda mesa dulce super casera, desde lo culinario como desde lo manual. Niños contentos y cumpleañero super feliz, eso es lo que importa, y por esa razón soy una reincidente como party planner de mis hijos!!!!
En esta oportunidad comparto la propuesta que realicé para el festejo número 8 de mi hijo mayor, Santino.
La temática elegida fue la de Star Wars y en dos días, saliendo de una infección urinaria, puse manos a la obra y con poco presupuesto pero algunas ideas surgió una mesa dulce con algo más que una torta de cumpleaños.
Básicamente me manejo siempre de la misma forma: luego de elegir el tema del cumple, se deciden los colores, la torta y los bocados dulces que acompañarán.
En esta fiesta los colores fueron el negro, plateado, blanco y algo de celeste y verde. Siempre una mesa y un fondo.
La mesa fue cubierta con un mantel negro al igual que el fondo de la misma, el cual además contó con estrellas y redondeles en cartulina plateada y ¨planetas¨ realizados con bolas de papel de diario cubiertas con papel aluminio.
Se agregaron como decoración de la mesa muñecos y espadas de Star Wars.
La mesa dulce estaba conformada por dos grandes frascos de vidrio, uno con caramelos y el otro con pochoclos.
También se sumaron dos pies de torta que contenían mini rogelitos (fáciles: tapitas de copetín horneadas y rellenas con dulce de leche repostero, por arriba merengue, que puede ser el comprado en los cotillones que sólo se le agrega agua y se bate, queda bárbaro!!)
Completan el menú brochettes de frutas, torta de ricota, galletitas celestes en forma de estrellas, gelatinas de colores en frasquitos (que hace un tiempo descubrí que son un furor entre los niños) y pop cakes de vainilla y dulce de leche cubiertos en chocolate.
Torta mousse de chocolate como para no ser menos, coronada por frascos de aluminio, los de conservas, que sirven como contenedores de chupetines que fueron ¨vestidos¨ con papel aluminio simulando mini planetas.
No es necesario contar con un gran presupuesto, sólo la intención de buscar ideas, ponerle voluntad y con lo que hay en casa, poco más, poco menos, hacer una linda mesa dulce super casera, desde lo culinario como desde lo manual. Niños contentos y cumpleañero super feliz, eso es lo que importa, y por esa razón soy una reincidente como party planner de mis hijos!!!!
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