domingo, 23 de septiembre de 2012

Crónica de un parto.



Mucho se escribió sobre embarazos, partos y nacimientos. Y mucho más, seguramente, se continuará escribiendo. ¿Qué tiene de original esta serie de relatos? Nada y todo.
Nada original, justamente por ser una temática abordada en montones de escritos e imágenes. Y todo, porque cada embarazo es único y por lo tanto todo parto también lo es. 

Cuando sos mujer y más aún cuando estás embarazada o tenés un niño pequeño, siempre hay alguien que se te acerca y te cuenta su vivencia acerca del momento de tener a sus hijos o cuando nacieron sus nietos, sobrinos o hijos de amigos. Me animo a arriesgar que no existe mujer que no haya contado a otro, conocido o desconocido, su experiencia del preciso momento en que se está convirtiendo en madre, sobre su parto.

Así como cada persona es única, única es su gestación y único su momento de llegar a este mundo. Es un cliché bien conocido que el momento de dar a luz es un instante mágico e irrepetible, colmado de felicidad plena. Después de tener a dos bellos niños, puedo dar fe de dicha aseveración. Sin embargo, esa felicidad muchas veces viene acompañada de otros sentimientos con poco color de rosa. Incertidumbre, felicidad, ansiedad, miedo, dolor, cansancio, angustia, emoción, intolerancia. Sentimientos totalmente encontrados conviven en nuestro ser. Hay experiencias de nacimientos que son sumamente placenteras y otras que no tanto. Algunas comienzan mal y terminan bien, y otras parecen empezar bien y tienen un desenlace muy triste.
En este espacio, la idea es compartir las crónicas de los momentos previos al parto. Intentaré plasmar mi experiencia, las de las mujeres de la familia y las de amigas y conocidas. Rememorar, hacer catarsis, reirse y emocionarse al conocer qué nos pasó antes que nuestros pequeños dijeran uahh!!! y también en aquellas primeras horas en que ya somos madres y padres.

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