Del 1 al 5 de Octubre se celebra la Semana del Prematuro. Es una iniciativa que viene organizando Unicef Argetina desde el 2010.
La campaña tiene como objetivo informar y concientizar sobre los derechos de los bebés prematuros, nacidos antes de la semana 37, sus necesidades y cuidados tanto durante la internación neonatológica como luego del alta médica. Se organizarán talleres, charlas y jornadas informativas en distintos centros de salud del país.
También se hará incapié en la prevención de partos prematuros y de los controles necesarios a las embarazadas en pos de evitar el desencadenamiento del parto antes de tiempo.
Este año la campaña se centra en el séptimo derecho del niño prematuro:
"Un niño que fue
recién nacido prematuro de alto riesgo debe acceder, luego del alta
neonatal, a programas especiales de seguimiento”.
Dichos programas de seguimiento tienen por finalidad prevenir y atender problemas de
salud vinculados a la prematurez, que pueden manifestarse a corto o a
largo plazo, como dificultades en el crecimiento, en el desarrollo, en
el aprendizaje, en el movimiento, en la visión o en la audición.
Como madre de niños prematuros puedo decir que uno no está preparado para pasar por esta situación y cuando uno entra en una neonatología, creo que cambia la forma de ver la maternidad. Sólo quienes han pisado una sala de cuidados intensivos a neonatos saben de lo que hablo.
En nuestro caso, tanto nuestro primer como segundo hijo nacieron en la semana 35, con 1900 y 1895kg respectivamente, estuvieron dos semanas internados para recuperación nutricional y no necesitaron respirador.
Santino nació por cesárea de urgencia una lloviosa madrugada del 16 de marzo, luego de pasar un día internada y que me diagnosticaran preeclampsia severa. La presión no paraba de subir, las proteínas en la orina eran elevadas y había riesgo de desprendimiento de placenta y convulsiones. Así que se interrumpió el embarazo y fuimos padres antes de lo previsto.
Benicio también nació antes con una cesárea programada porque luego del primer embarazo hubo muchos controles y se detectó el inicio de la posible preeclampsia en el sexto mes. En este caso, ya sabíamos de qué se trataba pero los miedos, las angustias y la tristeza de irse de alta y que el bebé quede internado estuvieron igual.
Gracias a Dios, ambos se recuperaron nutricionalmente bien durante sus primeros meses y su médico (Dr. Eduardo Moreno Vivot) los siguió muy de cerca, informándonos y apoyándonos en esto de ser padres y encima de bebés que al principio necesitan más cuidados.
Y así, pese a algunas críticas burlonas, nos volvimos un poco obsesivos de las manos limpias, el alcohol en gel, el percentilo de crecimiento, los ambientes ventilados, las visitas restringidas, las mamaderas esterilizadas, etc, etc. Pero luego, uno se va relajando y si tiene la suerte que su niño vaya progresando, la cuestión se va calmando.Un adecuado control nutricional, controles de vista, oído y un
calendario de vacunación ampliado, fueron suficientes en nuestro caso.
Esta es una síntesis decálogo del prematuro con diez derechos que deben respetarse. Dicha síntesis fue extraída del site de materna (un club online de madres de lationamérica).
1. La prematurez se puede prevenir en muchos casos, por medio del control del embarazo al que tienen derecho todas las mujeres.
Los controles prenatales permiten detectar factores de riesgo o la
detección temprana de condiciones que pueden generar complicaciones como
la hipertensión arterial. Se estima que las familias que ya tuvieron
un parto antes del término tienen entre 5 y 7 veces más posibilidades de
volver a tener un bebé prematuro que aquéllas que tuvieron sus niños en
término.
2. Los recién nacidos prematuros tienen derecho a nacer y a ser atendidos en lugares adecuados,
con instalaciones provistas de equipos que permitan diagnósticos y
tratamientos como así también con personal preparado. Si la madre sabe
con antelación que tendrá un parto prematuro, es importante elegir la
maternidad apta para la situación.
3. El
recién nacido prematuro tiene derecho a recibir atención adecuada a sus
necesidades, considerando sus semanas de gestación, su peso al nacer y
sus características individuales. El tratamiento que recibe el prematuro debe ser individualizado según la semana de gestación en que haya nacido y su peso.
4. Los
recién nacidos de parto prematuro tienen derecho a recibir cuidados de
enfermería de alta calidad, orientados a proteger su desarrollo y
centrados en la familia. El rol de las enfermeras y los
enfermeros tiene un valor primordial en el cuidado de los recién
nacidos prematuros. Por eso, el personal de enfermería de las unidades
neonatales debe estar altamente capacitado en la atención de estos
bebés.
5. Los bebés nacidos de parto prematuro tienen derecho a ser alimentados con leche materna.
La lactancia materna es dificultosa en prematuros, más aún si se trata
de un bebé de edad gestacional muy baja; pero nunca es imposible. Las
estrategias de promoción desde los primeros días de vida y sostenidas a
lo largo del primer año suelen ser exitosas. La presencia de la madre
junto al niño y la posibilidad de acercamiento permanente favorecen
notablemente el resultado.
6. Todo prematuro tiene derecho a la prevención de la ceguera por retinopatía del prematuro (ROP). Todos
los niños prematuros en riesgo de tener ROP deben ser controlados en
tiempo y forma por oftalmólogos capacitados en esta enfermedad. Los
padres deben ser informados sobre la evolución de su bebé y sobre la
necesidad de controles de la retina durante la internación y luego del
alta (cuándo y quién controlará a su hijo).
7. Un
niño que fue recién nacido prematuro de alto riesgo debe acceder,
cuando sale del hospital, a programas especiales de seguimiento.
Los programas de seguimiento tienen por finalidad prevenir y atender
problemas de salud vinculados a la prematurez, que pueden manifestarse a
corto o a largo plazo, como dificultades en el crecimiento, en el
desarrollo, en el aprendizaje, en el movimiento, en la visión o en la
audición.
8. La
familia de un recién nacido prematuro tiene pleno derecho a la
información y a la participación en la toma de decisiones sobre su salud
a lo largo de toda su atención neonatal y pediátrica.
La familia debe formar parte del equipo de salud que atiende a un bebé
nacido antes de término. Los padres son excelentes prestadores de
cuidado amoroso, contención, control y estimulación para el niño
prematuro en todas las etapas del camino, desde las unidades neonatales
hasta los consultorios de seguimiento.
9. El recién nacido prematuro tiene derecho a ser acompañado por su familia todo el tiempo.
La Declaración de Derechos del Niño Hospitalizado establece que todo
niño tiene derecho, mientras permanece en el hospital, a contar con la
compañía permanente de al menos uno de sus padres.
10. Las personas que nacen de parto prematuro tienen el mismo derecho a la integración social que las que nacen a término. Algunos
niños y adolescentes que nacieron de parto prematuro evolucionan con
condiciones crónicas de salud o discapacidades que demandan mayor
cantidad y calidad de recursos por parte de los sistemas de salud y
educación que deben asistirlos. Pueden requerir centros de atención
médica primaria y especializada, internación domiciliaria, servicios de
salud mental, de trabajo social, de intervención temprana, terapias
ocupacionales, fisioterapia, equipamiento tecnológico y educación
especial, entre otros recursos. Reglamentaciones de organismos
internacionales y leyes nacionales garantizan a estas personas el acceso
permanente y continuado a programas multidisciplinarios para la
detección temprana, el diagnóstico y el tratamiento de la discapacidad,
pudiendo así prevenir, reducir o eliminar sus efectos. Estos programas
deben asegurar, en su planeamiento y evaluación, la participación de la
persona con discapacidad, de su familia y de organizaciones de personas
con discapacidades.